Dentro de la industria del Licensing en México y el resto del mundo, lo que sus propietarios protegen en primerísimo lugar, es la posibilidad de explotar un derecho que les corresponde únicamente a ellos (Y a quién ellos decidan a través del modelo del licenciamiento). ¿Hasta ahí todo bien no? Si suena a algo lógico…Si alguien se tomó la molestia de crear un proyecto de personajes, lo registró ante la autoridad, desarrolló iniciativas para popularizarlo, ejecuto un plan de Marketing para posicionarlo, es evidente que está buscando obtener un beneficio comercial a través de su explotación.
DERECHO DE DECIDIR A QUIEN SE LO “PRESTA”
Después de lo anterior, hay que dejar muy claro que el dueño de la propiedad, el concepto y/o los personajes, es el único que tiene la decisión respecto a qué hacer con ellos. Si existe un pequeño mediano o gran empresario que los encuentre atractivos para sus productos, no significa que simplemente puede tomarlos… Lo que es más, el hecho de que este empresario, quiera pagar los derechos para usar dicha propiedad, concepto o personajes para hacer productos con ellos por la vía legal, no significa necesariamente, que el dueño de la propiedad tenga la obligación de rentarle, prestarle o cederle de cualquier forma estos derechos…Si por alguna razón él dueño no está interesado en explotar sus productos en determinado territorio, en determinado producto, en determinado canal o con determinada empresa, simplemente no lo va a hacer y ese es su derecho pleno, llano e incuestionable.
Ahora bien, después de dejar establecido lo anterior, ¿Qué es, en esencia lo que busca proteger el dueño de una licencia?
Las respuestas pueden ser muchas y muy variadas por los objetivos que tenga en su estrategia, pero las siguientes son algunas de las cosas que más protegen.
Tal vez tú te has dado cuenta que una empresa como Disney, no permite que existan botargas fuera de sus parques o de sus espectáculos autorizados, la razón es precisamente esta… Están protegiendo la imagen de sus personajes. Para poder hacer un disfraz o botarga de ellos, necesitan pasar por un riguroso proceso que garantice que el resultado final va a ser muy fiel a la caricatura, película o serie. definitivamente las botargas de Mickey Mouse que llevan los magos a las fiestas infantiles que suceden en colonias o terrazas por todo lo largo y ancho de México son piratas. Y sólo hay que verlas para darse cuenta de ello… El personaje está desproporcionado, está más gordo o más flaco, la ropa que trae no es la original, está rota, desgastada o sucia. La persona que está dentro del personaje no es profesional, sus movimientos y su actitud distan mucho de lo que ves en un parque temático de Disney y normalmente van agarrándose la cabeza para que no se les caiga ¿Dónde está la magia de Disney en un espectáculo de esa naturaleza? ¡No existe! Por el contrario, se trata de un espectáculo tan triste y deprimente que el mago debería pagarte a ti por sacar algo tan burdo para entretener a tus invitados. hacer una botarga como las que existen en los parques de diversiones de Disney es muy caro y no existe mago en todo México que pueda pagarla. Cosa aparte, son los espectáculos tipo Disney On Ice, en los que hay un empresario dispuesto a pagar las botargas que se usan en los parques, porque hay una gira muy grande, en la que se va a recuperar su inversión y posteriormente habrá ganancia después de pagar estos disfraces. Sin duda alguna el guión está cuidado y autorizado por Disney y los bailarines, patinadores o artistas son profesionales. Sólo así es que Disney está dispuesto a prestar sus personajes para ser utilizados en esta clase de espectáculos.
Nota: El ejemplo internacional, siempre va a ser Disney, porque tiene los estándares más altos de calidad y dicta lo que sucede con otros licenciantes menores en la industria mundial, pero la mayor parte de los licenciantes, siguen el ejemplo.
Actuar de manera diferente a lo que el licenciante establece a través de su guía de estilo, actúa en demérito de los personajes. Los personajes son reconocidos, son famosos y se puede cobrar tanto por ellos, precisamente porque siempre que aparecen se ven exactamente iguales. A este proceso se le llama Aseguramiento de Imagen y existe precisamente para que no veamos un Mickey Mouse negro, uno amarillo, uno morado y uno azul, simplemente porque al productor “se le acabó la tinta que era”, “No le igualaron el color al hilo”, “No tenían esa materia prima”, “Cambiaron al proveedor” y/o cualquier otra clase de problemática real o no, que termina no siendo de la incumbencia de Disney. ¿Quién carajos compraría un calcetín de un Winnie Pooh verde en vez de naranja? Eso no cabe en el Licensing. Las imágenes se respetan y si acaso hay variantes, están justificadas y es el dueño de la licencia el que puede dar las directrices para hacerlo.
SU CALIDAD
1 de cada 5 de los casos que tienen que ver con un Licenciante haciendo una rabieta, tiene que ver con la calidad del producto que se quiere sacar al mercado. Que sea barato, importado de China o que cueste $10 al consumidor final, no quiere decir que esté mal hecho. Si bien el licenciante entiende que no es lo mismo comprar una libreta de $7 pesos en el Walmart que una de $250 en el Palacio de Hierro, hay estándares mínimos para cada uno de los canales. La calidad de la impresión, de los materiales, del producto y su empaque son evaluados para que no se perciba que su marca es “chafa o corriente”. El licenciante siempre estará atento de esto para conservar su estatus.
Aunque el contrato exime al dueño de la licencia de cualquier cosa que le pueda pasar al consumidor por el uso de los productos, siempre se busca minimizar al punto de nulidad, las posibilidades de que algo le ocurra al consumidor cuando está utilizando el producto…Y es que es muy fácil decir “no compren las gelatinas de Kung Fu Panda porque pueden causar asfixia en los niños. El otro día el hijo de mi vecina casi se ahoga con una de esas gelatinitas que vienen en un empaque pequeño de plástico…BLA, BLA, BLA” ß ¿Qué fue lo que se leyó en este caso? Que las gelatinas eran de Kun Fu Panda, no de la empresa fulana de tal. Eso es lo que se trata de evitar. En Guadalajara en el 2008, una empresa que hacía paletas con palitos de plástico fosforescentes (brillaban cuando los doblabas) se metieron en un gran problema cuando a uno de los niños se le ocurrió agarrar el palito fosforescente como una segunda golosina y empezó a tomarse el líquido contenido al interior causándole una intoxicación que lo llevó al hospital. ¿A quién se le podría ocurrir hacer eso? ¡A un niño evidentemente! Especialmente si sus papás no están cerca, atendiéndolo, cuidándolo y en suma, haciéndose responsables del chamaco…Pero eso no importa, porque siempre se puede culpar a la compañía a la que se le ocurrió la (nunca mejor dicho) brillante idea de hacer palitos fosforescentes. Por tanto, la propiedad no se va a querer involucrar en algún producto o servicio que pueda parecer riesgoso para ellos y su rpestigio.
Las anteriores son sólo algunas de las muchas cosas que el dueño de una propiedad (LICENCIANTE) revisa cuando está haciendo trato con un tercero. Hay muchas más, pero no voy a aburrirlos con más palabrería en esta ocasión. Sólo les voy a recordar que la industria del Licensing es una gozadera, que no he visto una industria más divertida y relajada que ésta y que está chingón ser parte de ella, porque además deja mucha lana. (Una razón más para cuidar tu propiedad como si fuera de oro sólido)
Gracias por estar aquí una vez más. Nos leemos pronto, cuando tengamos la oportunidad de encontrarnos nuevamente.