No es un secreto para nadie que estoy involucrado en el proyecto Gatapult, un juego casual que se está haciendo bajo el sello Lava Cup Studio, en sociedad con Games Starter y con un grupo de talentosos creativos y programadores, con los que estamos haciendo nuestros pininos en esta industria con un desarrollo propio, aun cuando los involucrados hemos tenido la oportunidad de hacer otros juegos comerciales, sociales, etc. Para terceros en el pasado.
El caso es que el día de ayer acudí a una noche de Networking en la que gente de muchas industrias lleva sus proyectos, su oferta comercial y en algunos casos simplemente su speech de venta, a un ambiente muy sociable, muy de escuchar a los demás y buscar las oportunidades que se puedan generar entre 2 empresas que puedan complementarse. Llegamos puntuales a la cita, nos registramos y lo siguiente que supimos es que el organizador del evento sin haber una presentación previa (No sabía quiénes éramos o de dónde veníamos) nos estaba saludando, dando la bienvenida y pidiéndonos que nos relajáramos, nos pusiéramos en confianza y en contacto con todo el que estuviera presente en el lugar…”Como Danielito” y jalo a un chavito que estaba pasando por ahí casualmente. “Que terminó sus estudios de animación a los 12 años y ahora está haciendo videos con sus personajes” “¡Ahhh mira que interesante! Comenté en voz alta y continué dirigiéndome a Danielito “¿Y qué es lo que quieres hacer con tu proyecto?” “Quiero licenciarlo” me contestó.
AQUÍ VOY A DAR CORTE MOMENTÁNEO A LA HISTORIA
¿Qué en el mundo debe de estar pasando para que un chavito empezara a tomar clases de animación 2D a los 9, terminara a los 12 y 3 años después (ahora tiene 15), con esa experiencia adquirida, lo primero que le venga a la cabeza sea “Quiero licenciar mi proyecto”? Sinceramente me quedé atónito. Es la primera vez que escucho usar el término de una persona tan joven.
CONTINÚO CON LA HISTORIA
“¡Wow! ¿En serio? ¡Es increíble! ¿Cómo es que quieres licenciar tu proyecto? ¿De dónde te vino a idea?” le pregunté y me contestó “Es que quiero poner a mi personaje en artículos, mochilas y cosas así”. Aunque no era el objetivo, la bandera o el propósito de mi asistencia, le platiqué del sitio que ahora estás leyendo y le di una tarjeta (un poco dañada he de confesar) que traía en la cartera, (recuerden que no iba abanderando este proyecto). De más está decir que Danielito “peló” los ojos… ¿Cuáles eran las probabilidades de encontrarse con el responsable del único sitio de las licencias en México? ¿0.001%? Se me hace mucho…
TERMINA LA HISTORIA
Por privacidad en los datos de este chavito, no ahondare en detalles de él, su proyecto o cualquier otra cosa relacionada (por lo menos no sin su permiso) por lo que ni siquiera el nombre de Danielito es real. Este ejemplo me sirve solo para ponernos en un contexto…¿Cuál es la moraleja de esta historia? Desde dónde yo la veo, este chavito pertenece a una generación que será productiva en algunos años (por lo menos de manera legal, porque sé que ya está explotando su talento de animación comercialmente). Ya está produciendo sus episodios, ya tiene registrado al personaje y ya está buscando licenciarlo. ¿Eso qué significa para la industria de las licencias en México? Sin duda un futuro brillante. Si cada persona que tiene la convicción de Danielito se pone como objetivo en alguno de sus proyectos creativos, generar un programa de licencias, en un futuro que espero a alcanzar a ver, estaremos viendo florecer una oferta comercial desde y para nuestro país que nos ponga en los cuernos de la luna. Eso será seguro en el futuro… Y ahora que Danielito nos ha puesto la muestra ¿Quiénes quieren ser los pioneros? Es momento de levantar la mano y hacer que las cosas sucedan.
Nos leemos pronto. Buen fin de semana.
Antonio Mendoza.