¡Hola y bienvenidos! Hoy vamos a adentrarnos en un tema que, aunque no siempre esté en el centro del escenario, tiene una importancia monumental en la industria del licensing: ¡la ética! Ya sé, ya sé, siempre que escuchamos “ética” pensamos en algo un tanto aburrido, pero aguanta conmigo, porque este tema es mucho más interesante y crucial de lo que parece al principio.

En la vasta jungla del licensing, donde la creatividad desborda y las oportunidades comerciales parecen infinitas, es fácil dejarse llevar y perder de vista algunas consideraciones más profundas. ¿Quiénes son los héroes en esta historia? ¡Exacto, los gestores de licencias! Son ellos quienes tienen la audaz tarea de encontrar ese delicado equilibrio entre liberar la creatividad de una propiedad intelectual y, bueno, no vender el alma en el proceso.

Primero, hablemos de lo divertido: la creatividad. El licensing se trata, en gran medida, de compartir el amor y la pasión por una marca o un personaje. Imagina que tienes los derechos de una franquicia enorme como Marvel o Pokémon. ¡Las posibilidades son enormes! Puedes crear desde la típica camiseta hasta esos productos tan locos que nadie sabía que necesitaban, pero que todos quieren.

Ahora bien, mientras estás en medio de lanzar esa línea de productos asombrosos, hay una vocecita en tu cabeza, la conciencia ética, que podría empezar a susurrar. Y se pregunta si este nuevo producto realmente respeta la esencia de la marca o si está cruzando ciertas líneas éticas. Por ejemplo, ¿es correcto licenciar una marca infantil para productos no aptos para niños? Aquí es donde empieza a aflorar el dilema ético.

Un buen punto de partida para resolver estos dilemas es reflexionar sobre el público de la marca. Cada decisión de licensing debería ser pensada para mantenerse fiel a la esencia y los valores de la marca original. ¿Tu producto refleja esos valores? Si la respuesta es no, quizás sea tiempo de replantearse el camino.

Otra capa de este pastel ético en el licensing es la responsabilidad social. Ahora más que nunca, los consumidores demandan responsabilidad de las marcas que aman. Esto no solo se limita a la calidad del producto, sino a su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Un producto que contribuye a una causa social o que es eco-friendly no solo hace bien al mundo, sino que mejora la imagen de la marca – todos ganan.

No obstante, queda el tema del lucro. Porque, seamos honestos, todos quieren tener un negocio exitoso. El truco está en encontrar el justo medio, donde los beneficios no pasen por alto las implicancias éticas. Y eso puede significar tener que decir no a ciertos acuerdos de licencia que prometen grandes retornos financieros pero no se alinean éticamente.

Vamos cerrando el tema, invitando a una reflexión. ¿Estamos como industria, avanzando hacia un modelo más responsable y ético? ¿Cómo podemos fomentar un entorno donde se valore tanto la ética como el éxito financiero?

Espero que este post te haya dado un nuevo enfoque sobre un tema tan importante dentro del licensing. Gracias por pasar por aquí y no dudes en dejar tus comentarios y opiniones. ¡Nos leemos en la próxima!