El día de hoy me encontré con una nota que me pareció un poco extraña. Dicha nota es del sitio elempresario.mx y la compartí el día de hoy en las redes sociales de Licensing MX
¿Por qué me pareció extraña? Porque desde mi punto de vista existe un doble discurso.
Por un lado uno se solicita a los dueños de las pequeñas y medianas empresas (pymes) que diferencien sus productos a través de la obtención de una licencia a través de la cual podrían incrementar sus ventas de un 30% a un 60% a través del reconocimiento de las imágenes de los personajes o del nombre de la marca o propiedad. Se continua diciendo que obtener una propiedad es sencillo, siempre y cuando el empresario cuente con productos de calidad una buena distribución/penetración en el mercado…¡Ahh! y que alguien más no tenga ese producto ya licenciado con esa propiedad.
Entonces ¿Es así de sencillo? Yo mismo he recibido la solicitud de cientos de pymes, pidiendo que los derive con los grandes estudios, ya que tienen la intención de poner sus imágenes en los productos que fabrican/desarrollan. Casi siempre les digo…
“¡Claro! Esta empresa tiene esa propiedad/licencia, esta es su web, este es su teléfono y (en caso de tenerlo), este es el ejecutivo que te podría atender” y remato diciéndoles “Acércate con ellos y cuando lo hagas platícame como te fue” y enseguida les hago una serie de recomendaciones que implican que sus posibilidades de obtención de la licencia se amplíen.
En la mayoría de las ocasiones en las que han regresado conmigo me dijeron haber topado con una primer barrera que implicaba cosas tales como “(Super espantado) ¡Me pedían 88 mil dólares por la propiedad!”, “Me dijeron que no podían darme ese producto por mis volúmenes de venta” “Ya alguien más tenía ese producto”, “Me dijeron exactamente lo que me dijiste que me dirían” y una lista de etcéteras similares.
Y es que el pagar el 8% al 12% de regalías no los espanta. La mayor parte del tiempo lo que termina por espantar a los posibles frustrados licenciatarios es que cuando pasan esa primer barrera, hay una segunda en lo que viene es un contrato que es más bien leonino (eso es lo que se estila en la industria y es que la burra no era arisca) que les impone cientos de obligaciones y penas convencionales y al licenciante aparentemente no se le obliga a otra cosa que no sea prestarle el arte de su propiedad por el periodo del contrato y al no haber conocimiento en este sentido se espantan como Jerry cuando ve venir a Tom.
¿Qué sucede entonces? Yo lo veo muy sencillo y lo he dicho en otras ocasiones en este espacio. Los licenciantes GRANDOTES no dan propiedades a empresas pequeñas porque no les dan los números… y para obtener esos números, necesitarían aumentar a la cantidad de licenciatarios que harían el mismo producto, canibalizando al mercado. ¿Para qué hacer esto (meterse en broncas) si uno solo cubre todo el territorio y todos los canales? Por otro lado los pequeños licenciantes lo hacen hasta de a gratis con tal de dar a conocer su marca, lo que también podría constituir un peligro ante la ausencia de un ancla, aunque se han dado los casos de éxito con estos siempre que el asunto es bien llevado y encausado a un fin o encadenado a una estrategia. En estos últimos casos, luego resulta que la pyme le apuesta a algo que le sale muy barato o regalado y se da cuenta que no existe un contrapeso por parte de la propiedad, no hay un esfuerzo, una recordación o una construcción de algo desde lo que pueda apoyarse para que sus ventas sean las adecuadas. Empero, hay otras formas, pero no las ahondare en este post.
Como siempre, muchas gracias por leerme.
Les dejo unos (muy pocos) ejemplos de los correos que me han llegado con este tema…
Y este ultimo bastante raro de uno de los grandotes… 😛
Hasta la próxima…
Antonio Mendoza.