El lugar común de nuestro tiempo es hablar del desarrollo de la tecnología y de la globalización como ejes fundamentales del crecimiento de ciertas industrias o economías. Y es que en ocasiones sólo de este modo se pueden entender los nuevos modelos de negocio, las nuevas tendencias del mercado, los cada vez más bordados-a-mano nichos de mercado, a donde prácticamente cualquiera puede llegar si logra descifrar a los consumidores y sus caprichosos gustos. En el ámbito más cercano del Licensing, esto ha proliferado a raudales a través de los muy talentosos ilustradores y diseñadores que tenemos en nuestro país, quienes, a través de la creatividad de sus obras, de la creación de conceptos y su muy particular estilo, pueden crear imágenes u objetos que otros deseamos tener motivados por nuestros gustos muy personales. Este deseo por tener algo que nos gusta es “natural” y en otros tiempos estaba condicionado por el mercado. Si en los años 80’s yo era fanático de Speedy González y quería tener una playera de ese personaje, cumplir mi capricho era algo casi imposible, pues a menos que fuera una tendencia de moda estandarizada de la época, pudo haber sido posible.
No les puedo mentir… Al terminar el párrafo anterior me detuve un minuto y fui a teclear a Google “Playera de Speedy González” para ver si no se rompía mi argumento anterior (bastante obsoleto por el personaje, el tiempo, la trascendencia, etc.) y cuál fue mi sorpresa, cuando encontré 2 resultados relevantes de Mercado Libre que dicen que tienen playeras “originales” (habrá que ver si es cierto) de este personaje y cuestan entre $200 y $300 pesos puestas a la puerta de mi casa en 48 horas máximo.
Esa es la facilidad de obtener cosas en nuestros tiempos. Pero, así como sucede con Speedy González, sucede con miles de conceptos creativos de personas, equipos o colectivos que tienes que “descubrir allá afuera” si te metes en el algoritmo correcto… El siguiente es un ejercicio en tiempo real para demostrarlo.
EJERCICIO EN TIEMPO REAL (Mientras escribo el post de hoy)
Ahora voy a hacer otro ejercicio en tiempo real (mientras escribo el posteo). Acabo de seguir a una chica, ilustradora mexicana, de la que no sabía absolutamente nada antes de hoy, es más en este momento ni siquiera recuerdo su nombre, pero sé que estará en la actividad reciente de mi Twitter. ¿Cómo di con ella? “Gracias a la tecnología y la globalización”. Mientras realizo algunas actividades, me gusta escuchar cosas que pongo en YouTube. (música, programas, charlas, podcast, etc.) Entonces en los criterios de búsqueda del día de hoy, me salió un programa de TV grabado. En ese programa la entrevistaron y me llamó la atención su trabajo… Voy a Twitter y regreso.
Vengo de regreso…
Hace 2 minutos Fher Val (@fherval) indicó que le gustó mi tuit, en el que le decía que me gustaba su trabajo y que esperaba poder hacer algo con ella en el futuro. Ahora mismo veo que Fher tiene 5 mil seguidores en Twitter y bueno, yo tengo 14 mil y pico, entonces aquí no hay nada que comentar. (Sígueme en Twitter como @tony_mendoz)
Entonces, si en este momento yo quisiera tener algo del trabajo de Fher Val ¿Qué es lo que tendría que hacer?
Regreso en un momento, voy a averiguarlo…
Resulta que en su cuenta de Twitter aparece un sitio web…que está caído. ¡OK! A veces pasa, vamos a hacer una búsqueda en Google. Mucha imagen de Fher, se nota su estilo, se nota su mano. Ahí está… Una Fan Page de Facebook que tiene 75 mil seguidores. Voy a enfatizar el número SETENTA Y CINCO MIL seguidores (Me gustaría encontrar en este momento en México a 75 mil seguidores de Speedy González) entonces ya estoy en la fan page y como no estoy haciendo un análisis de otra cosa que no sea adquirir arte de Fher Val, me voy a la tienda de su Fan Page de Facebook y encuentro que tiene incrustado una tienda de Kichink en la que hay Libretas y Postales MUY ACCESIBLES con el arte de esta ilustradora…
¡PUM! En menos de 5 minutos encontré la forma de hacerme de su arte e incorporarlo a mi estilo de vida simple y sencillamente porque me gustó. No es una tendencia, no es una moda, no salió de una revista, sí, es cierto, la encontré a través de un medio masivo de comunicación (TV Abierta) pero lo interesante es precisamente la pluralidad, la proliferación de estas iniciativas, la intención de colocar este arte en productos y venderlo a un mercado amorfo, diferente al que cualquier mercadólogo conoce o puede interpretar, pero que existe y que está ahí para el que quiera tomarlo.
¿Por qué entonces, esta gente que desarrolla conceptos creativos INCREIBLES no puede licenciarlos y distribuirlos a las masas? Porque no funciona así, porque no existe una estructura que lo promueva, porque, aunque hay algunas plataformas tecnológicas que lo han intentado hacer, no dan con el clavo. Es ahí, en donde el que sepa leer muy bien las capas de ese intrincado bordado que constituye la realidad de hoy en día, que es parte físico, parte digital, parte artesanal, parte Prêt-à-porter encontrará oportunidades tan o más grandes que las de poner a Speedy Gonzales en una playera en los años 80’s (o en un Pepsilindro en los 90’s)… Lo que pasa es que entre tanto árbol no han visto el bosque y para ser muy honesto, no les voy a poner aquí el mapa del tesoro…Si no ¿Qué chiste?
Gracias por leerme una vez más en este espacio en el que analizamos la actualidad de las licencias (y sus variantes) en el mercado mexicano. Estaré de regreso muy pronto.
Un abrazo.