Actualmente estoy en el proceso de obtención de una propiedad (Si, una de esas grandotas) para una empresa que jamás ha tenido una licencia de personajes. Todo ha ido viento en popa, lo que significa que probablemente en 2 o 3 semanas ya se cuente con la autorización para empezar con el desarrollo de propuestas para hacer los productos licenciados.
¿Cómo? ¿No sabías que las empresas que te “prestan” sus licencias tienen un sistema de aprobaciones? ¿A poco creías que ya pagando el mínimo garantizado podrías hacer lo que tú quisieras? ¡No señor! Una licencia de personajes es una de las pocas cosas por las que tú pagas y después de hacerlo no puedes hacer con ella lo que te venga en gana. Normalmente, detrás de una propiedad conocida o medianamente establecida, se encuentra una persona o un grupo de personas que se encargan del aseguramiento de la imagen de los productos que saques al mercado a través de la aprobación de los mismos.
En el proceso de aprobación, es en donde el dueño de la propiedad te da las reglas de uso de sus personajes, elementos de apoyo, tipografías, etc. Este proceso normalmente “choca” con el ego de los diseñadores que tengas para este efecto, ya que no están acostumbrados a que un tercero (que no sea su jefe) tenga que estarles diciendo si lo que hicieron está bien o está mal.
Para un nuevo licenciatario y su respectivo diseñador, el proceso suele ser bastante lento y doloroso, ya que el diseñador de los productos tiene que adaptarse al estilo de la propiedad y plasmarlo en los productos a desarrollar, utilizando su ingenio, creatividad, limitantes de producción y sobre cualquier otra cosa, las reglas que la marca imponga.
No han sido pocas las veces en las que me ha tocado saber de grandes líos entre 2 empresas cuyos diseñadores/aseguradores de imagen nada mas no se pueden llevar bien o sienten que tienen “algo” en contra de ellos. Pero ese ya es otro tema…
Una vez que has terminado tu primer diseño “aprobado” digitalmente, sigue la aprobación física (dependiendo de tu método de producción) en el que tendrías que mandarle a la persona de aseguramiento de imagen de la propiedad en cuestión, algunos productos “ya terminados” para su aprobación final, ya que jamás será lo mismo lo que veas en un render en la computadora a lo que viene a convertirse en lo tangible, lo real.
Después de pasar por este proceso con todoooooooooooos los artículos que quieres poner en el mercado, ahí y sólo ahí, estarás listo para empezar tu comercialización. Antes no, so pena de que te pongan una sanción (normalmente económica y estipulada en el contrato) por no apegarte a las reglas.
Ahí tienen. Ser licenciante es complicado, pero ser licenciatario también tiene su chiste y sus propios problemas.
¡Hasta la próxima!
Antonio Mendoza
NOTA: Si tú tienes una empresa que está pensando en obtener una licencia para usarla en los productos que desarrollas, no dejes de ponerte en contacto conmigo, con gusto te puedo asesorar en todo el proceso de obtención de la misma, para que acrescentes tus oportunidades de tenerla y reduzcas los errores y curva de aprendizaje.